«Coser
era mucho más que unir piezas. Con ilusión, telas e hilos íbamos
construyendo algo que de verdad nos importaba. Coser era compartir,
crear, soñar. Sí, coser se parecía cada vez más a vivir».
Madrid, 1991.
Siete mujeres muy diferentes coinciden en una pequeña academia de
costura donde compartirán la historia de sus vidas. Cada una tiene un
motivo distinto para aprender a coser y, entre telas, patrones y
alfileres, todas ellas irán conectando con partes de sí mismas que
creían olvidadas, descubrirán el poder terapéutico de la amistad entre
mujeres y, puntada tras puntada, hilvanarán el relato de sus amores,
dolores y secretos familiares.
Una historia inolvidable que nos
muestra que en la costura, como en la vida, casi todo tiene remedio; que
equivocarse y aprender van de la mano, y que cada puntada siempre
encierra una enseñanza.
***
Julia
siempre soñó con tener su propia academia para compartir con otras
mujeres el amor por la costura que su madre le transmitió desde pequeña.
Amelia
acaba de quedarse viuda tras permanecer toda la vida a la sombra de su
marido. Cuando decide ayudar a Julia a cumplir su sueño rompe con los
corsés que la sociedad le ha impuesto.
Sara necesita un
respiro. Entró en la academia buscando un modo de evadirse de una vida
monótona y anodina que la había alejado de sus sueños.
Catherine
llegó a España en los años sesenta y es la voz de la sabiduría. Coser y
compartir las historias de toda una vida la ayudarán a conectar con su
juventud.
Margarita es mexicana, está casada con un
diplomático, tiene dos hijos y, aunque lleva una vida cómoda, a veces se
siente una extraña lejos de su hogar.
Laura es una de esas
mujeres que necesita demostrar al mundo que puede con todo, que es una
gran profesional y una madre excelente. Pero también necesita tiempo
para sí misma.
Marta, moderna y pizpireta, es la más joven
de todas. Entró en la academia alentada por su abuela aunque sus
intereses son muy distintos a los del resto de sus compañeras.