Una deslumbrante novela sobre las huellas que dejamos, las huellas que borramos y las huellas que buscamos reconstruir.
En
esta brillante novela hay tres pérdidas y tres búsquedas. La escritora
inglesa Aliza Abravanel intenta, en batalla con la afasia, terminar su
libro. Un último hablante indígena se confronta con el desvanecimiento
de su cultura y su idioma mientras un antropólogo lucha por evitarlo. A
través de la construcción de un esotérico teatro de la memoria, un
superviviente del genocidio guatemalteco busca recuperar los recuerdos
perdidos tras los traumas de guerra. Y tras esas tres historias, una muy
íntima: la del narrador, Julio, un profesor de letras sin ilusión que,
tras ser designado albacea literario de su amiga Aliza, viaja hasta la
colonia de artistas donde esta pasó sus últimos días y logra, mediante
la lectura de su manuscrito póstumo, ajustar cuentas con su pasado.
Austral
es una historia de duelo pero también la historia de un retorno: la del
narrador a sí mismo, la del protagonista a Latinoamérica. Una novela
ecológica que traza, contra los paisajes del turismo contemporáneo, la
valentía de aquellos últimos guardianes que se niegan a ceder al
arrollador y violento paso de la modernidad y sus barbaries. De las
tierras arrasadas guatemaltecas hasta la alta Amazonía peruana, pasando
por Nueva Germania, la comuna antisemita fundada en Paraguay por la
hermana de Nietzsche, Austral propone un largo viaje hacia el sur en su intento por excavar los orígenes de la xenofobia contemporánea.
Esta
ambiciosa y poliédrica novela construida como una suma de narraciones,
de palabras e imágenes, es una fascinante indagación en el dolor de la
pérdida, la desaparición de lenguas y recuerdos, la necesidad de la
memoria y la escritura, los peligros de la globalización y los lugares
recónditos de Latinoamérica que sobreviven a ella. Carlos Fonseca se
confirma como una de las más potentes voces de la actual literatura
latinoamericana con esta deslumbrante radiografía de las huellas que
dejamos, las huellas que borramos y las huellas que buscamos
reconstruir.
«Carlos Fonseca es un regalo de los dioses. Un
escritor que escribe simulacros y espejismos como quien cincela bloques
de mármol, un escritor de raza, indómito, cuya inteligencia procede de
una imaginación torrencial» (Ricardo Baixeras, El Periódico).
«El
joven Fonseca, que es alguien que crea ficciones sobre archivos,
máscaras y ruinas, es decir, alguien que sabe crear otras formas de
pensar, y suele además ser un genial y obstinado explorador de abismos,
se ha convertido en uno de mis escritores preferidos» (Enrique
Vila-Matas).
«Hace suya la voz de los grandes metafísicos de la
ficción posmoderna. Su aura délfica y conspirativa recuerda el brillo
paranoico de Don DeLillo, el pavor cosmopolita de Roberto Bolaño y la
elasticidad imaginativa de Ricardo Piglia» (Dustin Illingworth, The New York Times Book Review).
«Un autor que va a por todas, a por la gran novela latinoamericana, desde el primer asalto» (Jesús Nieto Jurado, El Mundo).
«Recuerda a lo mejor de Bolaño, Borges y Calvino» (The Guardian).
«Siguiendo
los pasos de Horacio Castellanos Moya y Roberto Bolaño, Carlos Fonseca
es uno de los grandes escritores que consiguen captar la experiencia
global desde una perspectiva latinoamericana […] Porque novelas como las
de Carlos Fonseca apuntan a replantear la historia de la humanidad,
pero siendo fieles a ella. O a lo que de terrible y trágico ésta nos
recela.» (Le Grand Continent).